Aprender a nadar después de cruzar el mar

Conseguir que los niños que han tenido que sufrir una travesía tan traumática vuelvan a ver el mar como un medio no tan hostil. Esta ha sido la labor de unos socorristas voluntarios en la isla de Lesbos.
“Nos presentamos en el campo de refugiados y se nos dijo que podríamos ser de ayuda en la playa como socorristas. Este campo de refugiados estaba en la playa y daba cabida a 1200 personas. Los primeros días vimos que los niños no se acercaban al agua ni para tocarla con el pie. A partir de ahí presentamos al jefe del campamento la idea de hacer una actividad acuática en la que los chavales aprendieran a nadar y le perdieran el miedo al mar que habían cogido cruzando de Turquía a Lesbos. Ahora es una gozada, cada mañana a las 9 repartimos el desayuno y a las 10 nos metemos en el agua. Los chavales están muy agradecidos e ilusionados, han hecho un cambio radical.”
Jordi Cervera Guash, director del proyecto JCI Reus en Late Motiv
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