Mi amiga Claudette Roche fue una actriz de anuncios, telefilmes y shows televisivos en EEUU. Un buen día decidió que su tiempo de actriz había terminado y era el momento de hacer otras cosas diferentes en su vida. Así que preguntó a sus amigos qué cosas pensaban ellos que se le daba bien hacer. Cocinar, contestaron algunos. Pero no quería abrir un restaurante. Cuidar de su jardín. Sí, pero no se veía de jardinera… Sin embargo varios de sus amigos coincidieron en algo que sí le llamó la atención y que además nunca se había planteado como un oficio: ella era buena trabajando con el lenguaje, ayudándoles a pulir dialectos, enseñándoles a vocalizar correctamente. Y que además contaba con una dicción impecable. Así que aprovechando que vivía en Los Angeles, y que en Estados Unidos como bien sabía ella para triunfar en televisión se requiere un perfecto acento neutro, empezó a trabajar como “accent coach” (entrenadora de acento) con actores que llegaban a Hollywood desde diferentes partes del mundo.

Su buen hacer y su buena energía contagiosa hicieron que ampliara su público y que trabajara con todo tipo de profesionales: abogados, ejecutivos, profesores, periodistas, cantantes, políticos, actores, médicos… La pregunta es, ¿y para qué esta gente tan dispar necesita un entrenador de acento? La respuesta la da la misma Claudette: “Una mejor comunicación crea mejores oportunidades en la vida. Una buena dicción implica inteligencia y confianza”.

Me contaba como ejemplo el caso de una médico de Europa del este, que vivía y trabajaba en Estados Unidos. Esta mujer tenía problemas causados por su fuerte acento a la hora de una comunicación con los pacientes: la dificultad de entendimiento en algo tan delicado la perjudicaba, y según ella hacía que los pacientes no confiaran en sus diagnósticos. Como puede verse en la película “El discurso del Rey”, el proceso de mejora en la comunicación es también un progreso en la autoestima de la persona. “Mi meta es guiar a la gente a sacar lo mejor de ella misma en cada situación; un líder fuerte, un enérgico motivador o un cuidadoso profesional”.