En la primera prueba de cámara de Fred Astaire, los jueces escribieron: “No sabe cantar. No puede actuar. Está ligeramente calvo y puede bailar un poco”.

Astaire fue el bailarín más famoso de todos los tiempos…

A lo largo del tiempo, este tipo de sucesos han sido por desgracia habituales en la sociedad y me pregunto: ¿por qué las personas tiran la toalla? ¿por qué se juzga con autoridad decimonónica?

Y como dice Joaquín, ¿quién es quién para decir qué?

En definitiva, será la pasión la que lleve la batuta. Si alguien opina negativamente sobre nuestra capacidad, no implica que nuestra valía esté infravalorada. Es una opinión, una foto parcial y subjetiva del momento. Y en las fotos no sale reflejada la pasión que las personas pueden sentir, y que lo cambia todo.

Leí una declaración de Fred Astaire en una entrevista que no me dejó indiferente: “Algunas personas piensan que los buenos bailarines nacen siéndolo, pero todos los buenos bailarines que conozco han sido entrenados o enseñados”. Sorpresas del destino, cuando ya fue reconocido uno de los grandes en Hollywood alguien de una productora recuperó la ficha de evaluación de la primera prueba de cámara de Fred y se la entregó. ¿Saben que hizo con ella? La colocó en un lugar privilegiado de su salón, en un marco sobre la chimenea donde pudiese leerla a diario para recordarse a sí mismo que siempre hay hueco para la superación y para seguir teniendo ilusiones.

¿Dónde van a parar las ilusiones? ¿Cuándo dejamos de soñar y olvidamos que existe una versión mejorada de nosotros mismos? Puede que la respuesta sea: la economía, la pareja, la enfermedad de alguien cercano que consume nuestro tiempo al cuidarle. Aquí he de decir que otorga demasiada importancia a la opinión del resto… Si quieres bailar, baila. Nadie dijo que fuese en un curso de la Royal Academy en Londres; puede ser durante 5 minutos al día en cualquier rincón de tu casa junto a una conexión a internet o a un libro o a una película o contigo mismo con la música del telediario. Y no porque esta última tenga mucho swing, pero en los ochenta apostaron por la actualidad con la sintonía del noticiario al versionar las “perlas ensangrentadas” de Alaska y Dinarama en versión instrumental.

¿Quién le diría a Alaska que sus perlas serían sintonía de la sobremesa veraniega?

Impensable, ¡qué movida!