Quizá no te gusten sus estilos, o las estridencias y amores extremos que despiertan. Pero lo cierto es que tanto David Bowie como Madonna han marcado una época en el rock y el pop mundial, ella como la reina y él como el extratrerrestre. En estos casos me pregunto qué hace una persona de carne y hueso para destacar sobre la multitud. Podría responderse que la cosa va de contactos, vidas fáciles y otros privilegios, pero es que antes de ser estrellas fueron personas con infancias difíciles y con historias personales llenas de reveses. Así que si han triunfado es por sus capacidades artísticas y profesionales, lo que irrumpe en mi visión del éxito como un soplo de esperanza, ya que todos tenemos lo que hay que tener.

Era la década de los 70, y una adolescente llamada Madonna Louise Veronica Ciccone asistía al primer concierto de su vida. No podía ser a otro concierto que no fuera el de David Bowie, a quien ella consideraba un referente de inspiración, originalidad y autenticidad. No pensaba lo mismo su padre, que la castigó por haber ido a ese concierto sin su permiso. Su padre siempre quiso que su hija Madonna Louise hubiera tenido un trabajo más convencional. Por suerte desoyó a su padre, ¿qué hubiera sido del mito si llega a hacerle caso? Ese concierto despertó su incipiente rebeldía y asombro ante cuanto ella misma sería capaz de desarrollar.

¿Qué despierta tu lado más creativo? ¿Qué actividades o personas te inspiran a indagar en ti? Olvida por un momento las circunstancias que nos envuelven en el día a día, e imagina que todo fuera posible: ¿Qué te gustaría hacer en la vida? Tu entorno no es un obstáculo sino una oportunidad para crecer, aprender, y sobre todo demostrar una vez más que tienes lo que hay que tener.